Febrero 08 del 2012 .

Hay pocas razones por las cuales me levanto cada mañana y me enfrento al mundo; aún estando partida en pedazos, destrozada y con mi corazón vagamente arremedado. Y aún así sigo, porque la vida continua por más que muchas veces quiera ponerla en un estado de pause, o stop para volver a empezar. A pesar de que esas pocas razones valen la pena, en esos momentos de sufrimiento siempre las cuestiono...y dudo en si hago bien en seguir levantándome. "Un tropezón no es caída", dijeron muchos; pero ¿de verdad? ¿Qué tal si gracias a ese tropezón caí por un precipicio sin fondo? Yo lo pensaría dos veces. Y ese es el problema, cuando lo pienso por segunda vez: decido quedarme para ver si la vida, algún día por milagro, mejora