Si tuviéramos todo lo que queremos, ¿qué diversión tendría el 'estar vivo'? No tendría sentido nada, ni retos, ni metas, ni sueños, ni imaginación. No habría una vida perfecta, porque ya la tendríamos. Nos cansaríamos de las sonrisas y de la felicidad, es más, nunca las llegaríamos a valorar, no sabríamos qué es la tristeza, ni la indiferencia, ni la ignorancia. No habría envidia, ni violencia, ni sueños rotos y todo sería paz, amor y felicidad. No lucharíamos por nada, no conoceríamos el sabor de la victoria, ni el de la derrota, ni el de los regalos inesperados ni tampoco la satisfacción de hacer feliz a alguien. Enserio, nada valdría la pena. Todo sería de color rosa, pero y por dentro, ¿cómo estaríamos?
miércoles, 8 de febrero de 2012
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