08.04.11

Te ruego, no te hagas daño. No lo hagas. No soporto la idea de que la estes pasando mal, por eso siempre en mi cabeza maquino esta recurrente idea de que estas bien, porque el hecho de que estes mal me haría salir disparada en tu direccion e intrometerme en tu vida, abrirme paso entre la multitud hasta que vuelvas a notarme. No puedo siquiera imaginarte herido, porque hacerlo termina por dolerme a mi, de una manera que no podrías imaginarte jamás. Por eso te ruego, porque no puedo pedirte ni exigirte nada, te ruego como tu actual desconocida, como aquella mujer que alguna vez quisiste por la tristeza tan pura que irradiaban sus ojos, que no te hagas daño, que no te lastimes, que no dejes que esos demonios que te despiertan en la noche por esas pesadillas de siempre te venzan. Se fuerte, piensa en cosas lindas, piensa en esos momentos que te hicieron sentir vivo. No permitas que el odio te consuma, que la gente te pise, grita, corre, pero no te golpees contra las paredes que te protegen. Yo te necesito vivo, estable, en esta tierra que nos une. Y si bien, seguramente ya ningun sentimiento te ate a mi (al menos de tu parte), procura mantenerte a salvo. Me da pánico levantarme un día y saber que ya te habrás ido por completo, me da pánico olvidarte y sentir como te vas deshaciendo alrededor mío, y te reducís a polvo, a ese silencio al que sabes que le temo. A esa oscuridad que ni las luces del pasillo alejan. Por favor, ya te deshiciste de mi, no te deshagas de vos.