Es increíble como cambiamos nuestro mundo por una persona. Como nos dejamos caer el vacío esperando sus brazos al final, confiando que todo va a estar bien, usando como consuelo su sonrisa y sus palabras. Corriendo atrás de los segundos para llegar a verlo e intentando detener el tiempo cuando está a tu lado. Tu corazón, ya se lo entregaste en bandeja. Amar, entregarse en cuerpo y alma a ese otro ser. Esperando ser cuidado, deseando tan sólo un poco de atención, un simple roce con su piel. Una mirada enamorada que pide a gritos su correspondiente, su lugar de calma. Para mi sus ojos son como el mar, me tranquilizan, me dan seguridad, me llena verle  los ojos. Me fascina tanto como mirar al cielo en la noche oscura y ver las estrellas con la luna luchando por brillar. Sinceramente no se que es lo que me hace sentir así, me pregunto constantemente por que existe este sentimiento que te deja desnudo frente al otro, totamente vulnerable. Que te hace perder toda dignidad, toda razón solamente por sentir; por sentirte vivo una vez más en esos besos, en esos abrazos, en esa pasión, en ese amor que es único