Ultimamente vivia perdiendome constantemente. Me sentía sola, mal, creía que te habías ido y contigo mis esperanzas de que algo mejor que tú viniera a mi vida; pero el olvido nunca te llevó, siempre estaba ese recuerdo o esa mirada que te regresaba. Vos fuiste la lucha que nunca abandoné y la que más sufrí. Todo el mundo trataba hacerme entrar en una razón que no era la que yo quería, y menos la que iba a seguir. Me mantuve firme, sabía que yo estaba en tí, aun que fuese en el más insólito rincón de tu corazón, en tus recuerdos más borrosos. Como típicos casi desconocidos con un pasado entrelazado  callábamos nuestros sentimientos hasta que un susurro los despertaba para desatar en ese momento todo el amor enterrado. Pero hoy luego de tanto tiempo, cantamos a gritos que nos queremos como siempre lo hicimos. Es por eso que me alegro de que todo lo sufrido y lo esperado, valió la pena. Lo errores que cometí, los que cometiste y perdoné, las veces que me decepcioné  o las veces que callamos dolores, tuvieron recompensa  Me empapa los ojos esa alegría de saber que nada fue en vano. Gracias te digo entonces por devolverme al fin tu amor...