Llevo ocho meses esperando a tus piernas. Y ahora, enrolladas en mi cintura sonrío cuando tu pelo me guiña un ojo. Él y yo hemos mantenido el contacto durante todo este tiempo. En sueños me visitaba. Y me decía que confiara en él, que volverías a mí. Que yo seguía en los más profundo de tu cabeza. Que sí, habías hecho un muro infranqueable a mi alrededor y eras feliz así. Pero que seguía ahí y era cuestión de tiempo que encontrara el modo de rebelarme y salir de allí. Y que entonces no podrías soportarlo y explotarías de amor. Y yo confiaba en tu pelo. Me alimentaba de nuestras noches del verano pasado y de los rastros que quedaban de tu piel en mis manos. Lo he tenido que racionar mucho, la verdad. Ya casi no me quedaban víveres. Pero hubiera aguantado incluso muchos meses más si hubiera hecho falta. Como un naufrago sin agua ni comida en una barca en medio del mar. Me bastaban mis recuerdos por el día y tu pelo por la noche. Y me sentía incompleto, sabía que ese trozo que me faltaba lo había dejado contigo y aún no había regresado. Pero sabía que volvería y que te traería a ti de la mano.
lunes, 9 de mayo de 2011
Llevo ocho meses esperando a tus piernas. Y ahora, enrolladas en mi cintura sonrío cuando tu pelo me guiña un ojo. Él y yo hemos mantenido el contacto durante todo este tiempo. En sueños me visitaba. Y me decía que confiara en él, que volverías a mí. Que yo seguía en los más profundo de tu cabeza. Que sí, habías hecho un muro infranqueable a mi alrededor y eras feliz así. Pero que seguía ahí y era cuestión de tiempo que encontrara el modo de rebelarme y salir de allí. Y que entonces no podrías soportarlo y explotarías de amor. Y yo confiaba en tu pelo. Me alimentaba de nuestras noches del verano pasado y de los rastros que quedaban de tu piel en mis manos. Lo he tenido que racionar mucho, la verdad. Ya casi no me quedaban víveres. Pero hubiera aguantado incluso muchos meses más si hubiera hecho falta. Como un naufrago sin agua ni comida en una barca en medio del mar. Me bastaban mis recuerdos por el día y tu pelo por la noche. Y me sentía incompleto, sabía que ese trozo que me faltaba lo había dejado contigo y aún no había regresado. Pero sabía que volvería y que te traería a ti de la mano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario